En las ciudades

Millones de personas en todo el mundo sufren los efectos negativos de la contaminación atmosférica en su salud y calidad de vida. La urbanización ha incrementado el número de vehículos motorizados, las actividades industriales y la quema de combustibles fósiles como energético principal de los diversos procesos y servicios que ocurren en las ciudades. El aire es contaminado con los subproductos de la combustión de energéticos que se depositan en la atmósfera en forma de gases o material particulado que resultan altamente tóxicos para el sistema cardiorespiratorio, pudiendo provocar problemas cardíacos, enfermedades respiratorias, algunos tipos de cáncer y nacimientos prematuros. Los gobiernos, las empresas y los particulares deben colaborar para reducir las emisiones, adoptando tecnologías más limpias y promoviendo prácticas sostenibles que aminoren los efectos negativos de la contaminación atmosférica tanto en la salud humana como en el medio ambiente.